Thomas Mann üdvözlése (Hungarian)
Mint gyermek, aki már pihenni vágyik és el is jutott a nyugalmas ágyig még megkérlel, hogy: „Ne menj el, mesélj” – (így nem szökik rá hirtelen az éj) s míg kis szíve nagyon szorongva dobban, tán ő se tudja, mit is kíván jobban, a mesét-e, vagy azt, hogy ott legyél: így kérünk: Ülj le közénk és mesélj. Mondd el, mit szoktál, bár mi nem feledjük, mesélj arról, hogy itt vagy velünk együtt s együtt vagyunk veled mindannyian, kinek emberhez méltó gondja van. Te jól tudod, a költő sose lódít: az igazat mondd, ne csak a valódit, a fényt, amelytől világlik agyunk, hisz egymás nélkül sötétben vagyunk. Ahogy Hans Castorp madame Chauchat testén, hadd lássunk át magunkon itt ez estén. Párnás szavadon át nem üt a zaj - mesélj arról, mi a szép, mi a baj, emelvén szívünk a gyásztól a vágyig. Most temettük el szegény Kosztolányit s az emberségen, mint rajta a rák, nem egy szörny-állam iszonyata rág s mi borzadozva kérdezzük, mi lesz még, honnan uszulnak ránk új ordas eszmék, fő-e új méreg, mely közénk hatol – meddig lesz hely, hol fölolvashatol?... Arról van szó, ha te szólsz, ne lohadjunk, de mi férfiak férfiak maradjunk és nők a nők - szabadok, kedvesek - s mind ember, mert az egyre kevesebb... Foglalj helyet. Kezdd el a mesét szépen. Mi hallgatunk és lesz, aki csak éppen néz téged, mert örül, hogy lát ma itt fehérek közt egy európait. Source of the quotation | http://mek.niif.hu |
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Saludos a Thomas Mann* (Spanish)
Como el niño que ya quisiera descansar y ha llegado a la calma del lecho del hogar y todavía pide: “¡No te vayas y cuenta!” (que así la oscura noche no lo asirá violenta), mientras su corazón palpita atormentado sin saber qué prefiere, si estar acompañado o escuchar que le cuenten historias formidables, nosotros te pedimos que te sientes y hables. Hablamos como ayer, aunque no lo olvidamos. Di que estás con nosotros y nosotros estamos contigo, todos los que respetamos tu nombre y tenemos problemas a la altura del hombre. Tú que sabes muy bien que el poeta no miente, háblanos de la luz que brilla en nuestra mente y, allende lo real, muéstranos la verdad. Así juntos podemos vencer la oscuridad. Haz que, como Hans Castorp, que veía a través del cuerpo de madama Chauchat, podamos escrutarnos esta noche. Por tu hablar melodioso no pasa el ruido. Háblanos de lo malo y lo hermoso, que del luto al anhelo pueda el pecho ascender. Al pobre Kosztolányi** enterramos ayer y, como abrió en su cuerpo el cáncer un abismo, Estados-Monstruo roen sin tregua al humanismo. ¿Qué más vendrá, inquirimos —las almas de horror plenas, de dónde nos azuzan nuevas ideas-hienas? ¿Hierven nuevos venenos que quieren infiltrarnos? ¿Y hasta cuándo habrá un sitio en que puedas hablarnos? Queremos que, al oírte, o nos abandonemos y que todos los hombres como tales quedemos, y que nuestras mujeres sean libres y hermosas —todos seres humanos— pues ahora estas cosas escasean. Maestro, siéntate y haz tu cuento. Te escuchamos. Y alguno estará muy contento nomás que de mirar, aquí frente a estos bancos, a un europeo entre los blancos.
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* Este poema debía ser leído por su autor, a nombre de la redacción de la revista Szép Szó, como saludo a Thomas Mann con motivo de la conferencia que éste pronunció en el “Teatro Húngaro” de Budapest el día 13 de enero de 1937. El departamento político del Ministerio del Interior, enterado del asunto, dio órdenes a la policía para que impidiera la lectura de la poesía a causa de la alusión que en ella se hace a los Estados fascistas. La poesía fue publicda en el número de febrero del mismo año en Szép Szó.
** Dezső Kosztolányi (1885-1936), célebre narrador, ensayista y poeta húngaro.
Uploaded by | P. T. |
Source of the quotation | http://www.materialdelectura.unam |
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